VÍDEOS
FOTOGRAFÍAS
Intervención de la encargada de negocios de la Embajada
de Bolivia Ilse Céspedes
Excelentisimos Embajadores, Ilmo. Consul General de
Bolivia en Madrid, cuerpo diplomático, señor Director General de Casa America ,
D. Tomas Poveda, señor D. Benito de Diego Gonzales, Crítico de Arte, invitados especiales, compatriotas bolivianos, amigos todos, buenas tardes, y muchas gracias por acompañarnos hoy aquí,
en la inauguración de esta maravillosa exposición de nuestro artista boliviano
Orlando Arias Morales.
Esta presentación coincide además con la celebración del
Día Internacional de la Madre Tierra, por lo que no hemos podido encontrar mejor
ocasión para rendirle todos los honores.
Nacido en Potosí, el autor de esta exposición, que lleva
por título Del Hombre Evolucionado y del Color, nos introduce con sus pinturas
en un mundo mágico que combina con maestría un armonioso contraste de luces y
tonos. Escenas llenas de dulzura y sutileza que, al mismo tiempo, nos transmiten
una fuerza e intensidad inusual.
Esta capacidad ha provocado que parte de la crítica haya
denominado a Orlando Arias “hechicero del color” gracias, sobre todo, a esa
virtud de fundir tierra, mujer y hombre en una misma esencia.
Con trazos de imaginación y vida, el pintor nos hace
vibrar y sentirnos parte de un universo mágico, como si fuese la propia tierra
la que nos hablase desde el fondo de su alma.
La obra hoy aquí presente representa como pocas una
constelación de colores que se suceden como estados de ánimo y sentimientos. Un
canto por lo visual, que es también reflejo de la diversidad de nuestro país y de
la devoción que siente el artista por la Madre Tierra.
Orlando Arias nos acerca retazos de Bolivia a través de
los rostros de sus pinturas, y nos transmite el paisaje del trópico y las
alturas con tal intensidad que casi somos capaces de sentir su aroma.
La obra del pintor es un alegato por la vida, y qué mayor
fuente de vida que la propia Madre Tierra. Esa que gracias a Bolivia festejamos
hoy a nivel internacional, producto de la resolución aprobada por las Naciones
Unidas en el año 2009, cuando el Día Internacional de la Madre Tierra fue
aprobado por unanimidad a propuesta de nuestro país.
Sin duda, Bolivia encabeza a nivel mundial el compromiso
firme de defender los derechos de la Madre Tierra.
Gracias al Estado Plurinacional y a nuestra vigente
Constitución, podemos asegurar que hoy, la Madre Tierra, tiene en todos y cada
uno de nosotras y nosotros el calor de un hijo, goza de derechos y es
reconocida como origen del Vivir Bien.
Muchas
gracias!
Palabras de Dn.
Benito de Diego Gonzáles, Miembro de la Asociación Internacional, Española y
Madrileña de Críticos de Arte
Conozco a Orlando
Arias desde hace algunos años. Y siguiendo su trayectoria y obra he descubierto
en Orlando a un personalísimo pintor, con obra prolija, llena de poesía, de
misterios y de emociones, al que he referenciado y referencio como un artista
de gran personalidad y enorme creatividad. Como un gran pintor.
He comprobado que,
además, es un gran hombre, íntegro, que sigue su vocación con ahínco.
Sensible,
altruista y compasivo, como queda patente
en la dedicatoria de su “opera prima” literaria. Dice Orlando en ella: “Dedico
este libro/a mis padres que Dios tenga en su gloria/a mis hijos/y a toda la
humanidad”.
Aquí está dicho todo.
Estas palabras no precisan otra glosa. Esta es la personalidad del personaje.
Estos son sus valores y sus poderes de humanista contemporáneo.
Orlando Arias
Morales, nacido en Potosí, en 1954, siguiendo una larga y fructífera carrera,
con exposiciones, desde 1976, en las más importantes ciudades de Bolivia,
Ecuador, Costa Rica, Panamá, Chile, Estados Unidos, Italia, Bélgica, Francia y
España, lleva en su memoria y en su corazón los coloristas retratos de su Valle
natal, en el que discurre su niñez y que imprimen en su mente las improntas de
las vivencias que , arraigadas en atavismos ancestrales, conforman las formas
de vida y la idiosincrasia de este mágico país, su país, alimentado
permanentemente por la realidad folklórica de un pueblo, al que queda unido con
los sutiles e indestructibles grilletes del espíritu.
En este sentido
su compatriota Evangelina Navia *
reconoce en la pintura del Orlando Arias “sus raíces, que se expresan en sus
colores, estos colores que son la esencia de su identidad y representan sus
ancestros y la diversidad de su tierra boliviana, que está enraizada en la
hondura de su naturaleza y en su espíritu artístico”, pues la riqueza de colores y el empleo de los
contrastes es muy propio de aquellos países andinos, añado yo.
Pintura, la de
Orlando, de un barroquismo icástico, si se me admite el oxímoron, pues fluye de
lo más prístino de su ser y de su cultura original.
Hacemos nuestras
las palabras del crítico de arte, Juan Cobo cuando, glosando al pintor, dice: “Orlando
es un hombre que tanto lucha por los conceptos, como ofrece simbolismos más o
menos intangibles, pero que él controla y domina y para los que busca las formas
adecuadas, precisando más, sus formas exactas”, lo que da como resultante,
añadimos,
una pintura icónica, en la que la figura pasa a ser el soporte de
abstractos y esenciales gestos y ademanes.
Es, desde luego, pintura
simbólica, que precisa de cierta hermenéutica interpretativa, pero ante la que
nadie queda indiferente, pues, por demás, su estética formal es atrayente por
su fuerte y contrastado colorismo arraigado en un sustrato etnológico, que
imprime un fuerte carácter a sus obras.
La pintura de
este artista expresa un meta-realismo, inscrito en el arte de la subjetividad y
que se introduce en los espacios que
penetra la fantasía, aspecto que Joan Lluís Montané reconoce, cuando dice que
“Orlando Arias es un metafísico que profundiza en lo surreal, para instalarse
en la prodigiosa evidencia de lo que existe en un ámbito más profundo que la
esencia onírica y más próxima a la mirada del más allá”
Orlando Arias es
un pintor, (y también un escritor), como se ha dicho humanista, de un humanismo
místico; introvertido, sumido en sus pensamientos filosóficos, quizás origen de su exterior retraído, sin embargo es persona
rica en convicciones arraigadas y decidido a expresarlas y defenderlas, tanto
plástica, como literariamente.
“Su pensamiento,
siempre inquieto, inquisidor y en busca de verdades, va plasmando sus
convicciones y propuestas en un crecimiento espiritual de inigualable
expresividad”, como señaló el crítico de
arte argentino, Antonio Gabriel Guzzo, lo cual, añadimos, da como resultado una
pintura que evoca, y aún más, provoca emociones.
Esta exposición,
que hoy se inaugura en esta galería Guayasamín,
me parece de un gran acierto, así como la fecha elegida, dedicada a la
Mama Pacha, pues, de una parte,
encuentro a la pintura de Orlando Arias muy entroncada con la del genial
quiteño, presentando con el mismo una notable paronomasia estilística, si bien
la pintura de Orlando Arias tiene una mayor riqueza cromática y de contrastes.
De otra parte,
veo esta espléndida exposición como metáfora de una “challa”, que Orlando Arias
ofrece a la Mama Pacha, como, a su vez, metafórico “yatiri” ceremonial, de una
oblación en la que arde el fuego intenso de los colores puros y luminosos de
sus cuadros, llenos de poesía y de provocación sutil.
Tengo la firme
convicción de que el arte de Orlado Arias merece un mucho mayor reconocimiento
público, del que el que hoy se la concede.
Por ello hago
aquí un alegato, a mi mismo y a quienes puedan escucharme, en el sentido de que
no se deje que sea la historia la encargada de hacer justicia a este singular
artista. Es a esta generación a la que corresponde hacerlo.
Termino:
Felicito
efusivamente a los organizadores de esta esplendida exposición por su acierto
y, desde luego, felicito a Orlando Arias, deseándole el mayor de los éxitos,
porque lo merece.
Gracias
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